V de Vendetta es una película que trata sobre algo que muchos hemos imaginado alguna vez, un justiciero enmascarado que haga pagar sus abusos a la clase política. El director británico, James Mc Teigue, dio con la tecla y convirtió su película en una oda romántica y algo violenta a la venganza o justicia, según se mire.
Nos preguntamos en qué se basó Teigue. Cualquiera diría que la película la hizo este año, después de pasar los últimos 4 o 5 en España, pero no es así, la película es de 2006. Sin embargo, tras ver la película uno se pone a pensar y ve que esa ficción está más próxima de lo que parece. Políticos corruptos que abusan de su poder y se hacen con lo que no es suyo de forma impune. La gente mientras tanto traga como puede y espera que alguien les ponga en su sitio, confiando en que un ciudadano con arrojo haga justicia por ellos. Como dice el refranero, la venganza es un plato que se sirve frío.
La idea de que alguien urge en nuestras mentes y nos remueva la conciencia para echarnos a la calle y luchar contra el enemigo del momento, que no es otro que estos últimos gobiernos, tanto unos como otros. Lo cierto, es que es una idea que hace que se te dibuje una sonrisa en la cara por lo menos. Las marchas del día 22 de marzo fueron un buen intento, ¿por qué no? Joder a alguien jodió, está claro, cuando se intenta manipular el número de gente que acudió es que escuece. Quizá faltó el enmascarado, pero teniendo en cuenta que se considera una falta grave en la nueva ley de seguridad ciudadana, que se aprobará este año, es normal que uno se lo piense.
En la película se pone de manifiesto la intolerancia del gobierno establecido, en esa Gran Bretaña ficticia, a personas por ser gays o lesbianas, por su sexo o por color de su piel, etc. En estos tiempos “si se respeta”, sobre todo a la mujer y su derecho a decidir, sarcasmos y mentiras aparte, en vez de ir para delante, retrocedemos. Aunque parezca mentira, en este siglo XXI, perdemos derechos y libertades a un ritmo vertiginoso. En esta nueva decisión del gobierno sobre el aborto, se pone de manifiesto que el pueblo les importa una mierda. La iglesia y los políticos se permiten el lujo de jactarse sobre saber lo que nos conviene y decidir sobre temas que no tienen ni puta idea. Por supuesto, los curas, obispos, cardenales, etc… son madres a diario, quién mejor para hablar de familias que quienes no forman ninguna. Dios estaría orgulloso de ellos, ya tranquilitos, vais al cielo. Gallardón también da a luz y opina que las mujeres no saben decidir a la hora de si quieren ser madres o no. ¿Otro motivo para una revolución?
En la película del director británico el final es apoteósico, uno de esos que dices que se jodan esos cabrones que no hacen más que putearnos. Qué idea más romántica que morir defendiendo tu ideal hasta el final, la revolución estaba en marcha, el trabajo hecho. Tras estas líneas os dejo soñando y fantaseando con esa idea de que se haga justicia, o mejor dicho “vendetta”.